Y los hoteles de 1 y 2 * ? Donde estan ?

Creo que si hay algo en lo que todos en turismo coincidimos, es en que , en teoría al menos, los grandes olvidados del boom turístico son los hoteles de 1 y 2*.

Mas de una vez hemos escuchado que tal o cual política no tendrá apoyo del gobierno, porque no están estos establecimientos de 1 y 2* siendo tan favorecidos como sus hermanos mayores, los hoteles de 3* en adelante, lo que hizo en su momento que los 3,4 y el 5* se agruparan por su parte para no perder posicionamiento. (ver www.hoteleriademendoza.com.ar )

Déjenme decirles algo: si no están presentes es porque por una razón que aun no entendemos, a ellos no les conviene hacerse notar, porque sinceramente es muy extraño que nunca estén participando (al menos el 90% no lo hace) en institución alguna, ni se quejan de la competencia desleal, ni piden mayor fiscalización, lo que debería hacer presumir que están pasando por un buen momento o bien, están intentando quebrar sus negocios, cosa que sinceramente dudo.

Ahora bien, a que viene que con mi escrito de hoy incursione en estas estrellas ? en que una de las razones del boom de la construcción hotelera en nuestra provincia es que, visto desde afuera del negocio, faltan plazas para atender al turista cuando en realidad si se trazara una buena estrategia de concientización (en conjunto entre el gobierno y las instituciones empresariales privadas) dirigida a los propietarios, de la importancia de los hoteles de 1 y 2*, se lograría demostrarles y convencerlos de la necesidad de aggiornarse a estos tiempos, facilitándoles el acceso a créditos para mejoras, con lo que elevarían la calidad de sus establecimientos, pasando a ser superiores, haciendo que los 3 aumenten sus comodidades para competir y los 4 lo mismo hacia arriba, lo que haría que la provincia gane en cantidad y calidad de plazas hoteleras; y ya no seria necesario que los 3 estrellas cubran todo el rango de calidad (hoy tenemos 3* de ¼, de ½ y de pelo entero), e incrementaríamos la oferta de camas con un doble efecto: por un lado limitar la necesidad de construir “nuevas camas” y por el otro competir directamente contra la oferta informal (que en realidad ocupó este nicho de mercado), dado que el valor sería igual o inferior al de un departamento “trucho”, pero con los mismos o mejores servicios, además de contar con la seguridad de estar en un alojamiento legalmente habilitado, con las normas de seguridad respectivas, etc.

Simplemente es una opinión, con esto no pretendo dar cátedra de nada, sino tan sólo aportar un granito al arenero de ideas que necesitamos para demostrar porqué es necesario frenar la instalación excesiva de nuevos emprendimientos hoteleros en nuestro Gran Mendoza, intentando hacerlo antes que sea demasiado tarde y se termine bastardeando el destino (algo que por más que me digan y repitan mil veces que no es posible, me pre-ocupa).

Lic. Javier Agrelo
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